HACER LO QUE PARECE IMPOSIBLE

 

Empezamos por todo lo alto, hablando de hacer este año una obra totalmente cantada. Algunos

no lo ven claro, no les parece posible. Pero sabemos para qué estamos aquí: para hacer lo

que parecía imposible, lo que pensábamos que no sabíamos hacer.




Pasamos a representar las escenas sobre las cosas que nos preocupan. Entre todos podemos

ayudar a mejorar a cada grupo. 


Algunos organizan tres ambientes en un momento, con lo que hay a mano, y también incluyen

efectos especiales y voz en off. A otros se les ha metido dentro el personaje, los ha poseído: los

gestos, la postura, las palabras... Los fallos en la comunicación se llevan con humor, se repite las

veces que haga falta. No se conforman fácilmente.




Las preocupaciones son parecidas en las diferentes escenas: hipocresía y corrupción, explotación

laboral, "el dinero lo puede todo",  "el dinero lo cambia todo", no hay trabajo sin papeles, no hay

derechos sin papeles, xenofobia, racismo... La cuarta escena despierta el debate y se

intercambian experiencias. ¿Qué ocurre en otros países? ¿Qué perciben los gitanos?

Descubrimos que el miedo y el odio al diferente están en todas partes. Las mismas personas que

son rechazadas en un país se convierten en xenófobas cuando están en el suyo. Parece que se

trata de algo instintivo, algo que tenemos en nuestra esencia, y contra lo que debemos pelear.

Para algunos no siempre está clara la relación entre opciones políticas y racismo, salvo en casos

extremos. Opinan que no deberíamos generalizar.

Las personas estamos llenas de contradicciones (¿cómo puede una persona de origen latino

votar a un político xenófobo?), a veces también de egoísmo ("Yo ya lo conseguí, ahora no quiero

que lo consigan otras") y algunas personas se engañan a sí mismas ("Este odio no me va a

alcanzar, esta injusticia no me va a afectar"). 



Se abre un debate de fondo. El racismo desaparece con la convivencia... ¿siempre? ¿Las

personas cambian, o a veces solamente se adaptan al entorno mientras están en él?

Podríamos seguir reflexionando mucho, mucho tiempo sobre esto.

Y seguiremos…

Maruxa.

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