Las historias que nos gustan

 ¿Por qué nos gustan las historias donde los personajes se ven forzados a soportar situaciones extremas, luchar consigo mismos, combatir las trabas de la sociedad y los prejuicios, batirse con enemigos de carne y hueso o superar los obstáculos que la vida nos va poniendo en el camino?

¿Por qué nos gustan las historias donde se sufre, se ríe, se grita, se pelea, se vive la vida como si no hubiera un mañana, donde los personajes son reales, tienen alma, y sienten y padecen como el resto de los mortales?

¿Por qué nos gustan las historias donde los personajes empiezan siendo de un modo, quizá muy poca cosa, y acaban transformándose en otra persona, más conscientes de sus valores, más inteligentes o más heroicos?

Nos hemos embarcado esta jornada en averiguarlo y cada uno de los chicos han aportado su experiencia, sus vivencias, su forma de ver la vida.

Hemos llegado a la conclusión de que esas son las historias que nos gustan y ese es el reto que nos hemos planteado esta tarde: una especie de juramento esencial para construir el argumento de nuestro libreto siguiendo la estela de las grandes obras.

No es una tarea fácil: escribir un texto vivo, con alma, con intención, con conflictos de interés, que vaya a alguna parte, y hacerlo exitosamente es poner el listón bien alto.

Pero nada se nos pondrá por delante que no seamos capaces de sortear con habilidad e inteligencia.

 Lo hemos definido a la perfección. Y ese es el punto de partida perfecto para lograrlo.

¿Quién dijo miedo? ¡Seamos ambiciosos por encima de todo!

¡Vamos a por ello, chicos! Contamos con vosotros, que sois los mejores. ¿Por qué? Porque las situaciones por las que habéis pasado, durísimas, dificilísimas, os han dotado de un conocimiento de la vida profundo, intenso. Habéis atravesado el desierto, habéis cruzado a ciegas territorios oscuros donde os habéis perdido tantas veces, y, sin embargo, habéis reencontrado el camino de vuelta, y ese viaje es el que os permite formar, entre todos, una constelación de estrellas con la fuerza necesaria para transmitirnos a los demás el auténtico valor de la luz compartida.

¡Porque la unión hace la fuerza!

Lola