Un rincón para recordar

 La mayoría de los delincuentes son hombres que tienen con los que no han delinquido más semejanzas que diferencias.

Son palabras de Concepción Arenal, esa gran conocedora y promotora de reformas penitenciarias del siglo XIX, cuyas aportaciones son de total actualidad.

Hacemos el ejercicio de buscar en nuestra memoria ese rincón amable al que desearíamos volver.

Ese lugar donde voy

A buscar la paz

Donde inundo de luz mi alma

Donde me gusta siempre volver

Para encontrar mi ser

Allí donde el tiempo pasa

Como las olas y el viento

                              J.A.


Cuando voy de vacaciones a Marruecos voy a una playa cerca de mi casa. 

Desde mi casa se escuchaba el rugido de las olas, como una cadena eterna de sonidos. 

Llevo algo de comida y me quedo todo el día allí, jugando en el agua. 

Me quedo tranquilo, mirando cómo pasa el día. 

Era el único sitio donde lo pasaba bien. 

Y me reconforta cada vez que puedo hacerlo.

                                                                     M.B.


Cuando pienso en mi rincón

Me produce mucha ternura

Recuerdo estas tardes

Junto al mar

Que me dan fuerza

Y seguridad.

Cuando cierro los ojos

Y me veo sentado 

Junto al mar

Mirando ese atardecer

Vuelvo a encontrarme 

A mí mismo

Y me produce 

Mucha paz.

Cada segundo que pasaba allí

Es un segundo imposible de olvidar

Siempre será mi rincón…

Mi interior se siente seguro.

    R.    

Ese circuito que recuerdas

El olor a gasolina

El asfalto brillando

Disfrutaba como un niño

Me relaja y me desplaza hacia esa niñez

Que me hacía disfrutar tanto

Deseando estoy volver a ir

                                  A.

Recuerdo en mi vida esa tierra

Andalucía, esa cúpula dorada

Con mis niños jugando a la pelota

Ese aroma que el poniente me traía

Espero poder volver algún día

                                            S.

Mirando hacia ese monte

A mí me hacía pensar

Que allí en el horizonte

Alguna cosa ha de pasar.

Días de arena y playa

De río y pantalón arremangado

Días de lluvia, pero a tu lado.

Gorrito y falda de volante

Sandías pintadas en su ombligo

Mira qué chula, mira pa’lante

Camina mi niña, de la mano conmigo.

Sandalia y bolsa tricolor

Puñao de pipas en una mano

Cabeza alta y gafas de sol

Con ese aire y ese porte…

Su madre va desde temprano.

Me quedo atrás un poquito

Dejando que se adelanten

¿Qué otro cuadro más bonito 

podría tener yo delante?

                        I.





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