Epistolario entre confinados

Hola chicos.
Os pienso y os escribo al fin, que llevo varios días escribiendo en mis pensamientos.
Pienso que llevo 20 días encerrada en casa y que me encantaría que me contarais vosotros de vuestras estrategias y vuestros recursos, que sé que son muchos, para hacer esto más llevadero y ser capaz de aprender de ello.
No sabéis cuánto pienso en vosotros, pienso que podríais hacer un tutorial para el resto de la población... así, algunas personas se lo tomarían en serio y tal vez serían capaces de sentir y escribir los hermosos poemas que vosotros escribís.
Echo de menos nuestras tardes de lunes, vuestras caras que van desde la desconfianza a la sorpresa, pasando por la total atención y el esfuerzo, hasta llegar a la entrega, la risa, la sinceridad y el compartir... Aprendo todo de vosotros, queridos maestros de la dificultad y la aridez.
Os voy a pedir un favor: escribidnos un mensaje a l@s que estamos fuera que ahora estamos dentro– un poco como vosotros aunque no tanto, ya lo sé – contadnos cómo lo hacéis para investigar en vuestro ser, para tratar de descubrir vuestra esencia, para tomar decisiones en el presente.
Esto del presente es tan complejo y tan novedoso para algunas personas... Nos pasábamos la vida fuera de nuestro ser, creyendo que la vida era proyectar lo que teníamos que hacer”... tengo que ir a... tengo que hacer esto otro... voy a visitar a... ¿Cómo es eso de vivir el futuro, si el futuro no existe, aún no es? También nos dedicábamos a revivir el pasado – de eso sabéis mucho vosotros, queridos maestros – no tenía que haber hecho esto... por qué le dije aquello... por qué no estuve ahí... El pasado es algo inmóvil porque ya fue, por mucho que lo removamos nada varía...
Así que, ahora, a nosotros, como a vosotros, nos ha tocado vivir el PRESENTE. Quién soy yo, ahora, así, tal cual. Qué hago yo ahora conmigo mismo.
¿Os acordáis del ejercicio de mirarse en el espejo durante 5 minutos y escribir lo que ves? Si nosotros lo hiciéramos ahora – animo al grupo de voluntari@s LÓVA a hacerlo – saldrían cosas bien interesantes que me gustaría compartiros cuando nos volvamos a encontrar.
De momento os cuento que estoy aquí, con vosotros, que cuando aplaudo por la ventana todos los días a las 20h os aplaudo también a vosotros, por valientes, por contradictorios, por humanos que quieren aprender y aprenden, porque os quiero.
Os cuento también que, desde mi ventana, cuento cuentos a los niños y las niñas del edificio de enfrente y que me encantaría contarles un cuento que alguno (o algunos) de vosotros se animara a escribir.... Así, la energía fluiría desde el módulo 4 hasta el barrio de Hortaleza, así como fluye desde mi ventana hasta vuestros corazones.
Estamos juntos, amigos, os veo y os siento.
Nadja
1 de abril de 2020



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